Ayer tuvimos la gran suerte de conocer a una persona extraordinaria, Maixabel Lasa, ex política y activista por la convivencia en Euskadi, una figura imprescindible para conocer parte de la historia reciente de este país y sin embargo. El encuentro que mantuvo con el alumnado de segundo de Grado Básico estuvo guiado por un mensaje claro y contundente: la gente cambia y todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Más allá de una ideología política concreta, Maixabel Lasa sabe de lo que habla y cree en lo que dice ya que fue una de las primeras víctimas de ETA que accedió a encontrarse con dos de los asesinos de su marido porque siempre ha defendido el diálogo y el perdón como forma de activismo. Sus encuentros restaurativos con los victimarios de su marido inspiró a otras víctimas a seguir su camino, a empoderarse y sentirse escuchadas y respetadas. La otra parte, las de las personas que causaron el daño también tuvieron la posibilidad de reconocer su culpa y trabajar en su arrepentimiento.
Su testimonio es un poderoso ejemplo de cómo el diálogo y el entendimiento pueden transformar el sufrimiento en oportunidades de crecimiento personal y social. Maixabel fue directora de la Oficina de atención a las víctimas y trabajó por la reconciliación y la convivencia en el País Vasco. Fue partidaria de abrir la consideración de víctimas no solo a las de ETA, lo que le supuso fuertes críticas políticas y también sociales, de su entorno más cercano.
La visita de Maixabel Lasa fue más que una charla; fue una lección viva de humanidad, resiliencia y esperanza. Quienes la pudimos escuchar recibimos su mensaje sobre el poder transformador del diálogo con quien piensa diferente y la importancia de dar segundas oportunidades para resolver los conflictos de forma pacífica y construir un futuro mejor. Su historia y sus respuestas nos dejaron claro que, más allá de los libros de texto, las experiencias de vida de personas como ella son esenciales para entender nuestro mundo y mejorar como sociedad.
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