El CIP Huarte ha sido uno de los centros participantes en la Semana de la Inteligencia artificial, impartida por Ikasnova a través de la Fundación Luzia. A lo largo de tres sesiones hemos aprendido cómo funcionan estas tecnologías, algunas de sus aplicaciones prácticas y, también muy importante, las cuestiones éticas y de seguridad que rodean este boom de aplicaciones que estamos viviendo. El reto para nosotros es ahora desarrollar propuestas sobre cómo integrar tecnología y pedagogía para que la innovación no quede vacía de contenido.
La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías más disruptivas del Siglo XXI, quizás el mayor reto tecnológico de la historia, equiparable al que hace pocos años generó Internet. La IA cuenta con un enorme potencial de crecimiento tanto para la economía como para las personas.
Ya son numerosas las aplicaciones en nuestras vidas de la IA. En el sector financiero la IA está ayudando a los bancos a detectar el fraude, mediante el análisis automático de patrones en los datos o el reconocimiento facial biométrico. En nuestros móviles la IA nos ayuda mediante los asistentes virtuales (Siri, Alexa o Cortana), Chatbots, aplicaciones de “personal shopper” o con traducciones en tiempo real a otros idiomas. En el sector de la automoción, dentro de poco veremos por nuestras calles coches sin conductor gracias al desarrollo de sistemas autónomos de conducción desarrollados mediante IA. Por no hablar de la sanidad, donde ya existen aplicaciones que permiten realizar diagnósticos de enfermedades a un coste muy inferior, y con un mayor grado de acierto, al que consiguen profesionales con mucha experiencia desarrollando las mismas tareas. Por ejemplo, detectando cáncer de manera automática en imágenes por resonancia magnética.